PUNCH LINE! - PS4 (Análisis)
- Sr.Villano
- 28 ago
- 4 Min. de lectura

VEREDICTO | ¡Interesantemente bizarro! |
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![]() | El fanservice constante puede cansar o incomodar. Ritmo cortado por intros y endings que no se pueden saltar. Poca interacción real: más leer que jugar. |
PUNTUACIÓN | 7,5/ 10 |
¿Que pasaria si un día despiertas y eres un fantasma que tiene la mision de salvar al mundo de tu mismo cuerpo?
Punch Line no es un juego cualquiera: es un viaje entre lo absurdo, lo hilarante y lo apocalíptico. Imagina que tu peor debilidad no es reprobar un examen ni perder el internet… sino mirar ropa interior más de dos veces. Sí, así de ridículo suena, y sin embargo, así arranca esta novela visual que mezcla puzzles, fanservice descarado y giros de guion que ni Netflix se atrevería a producir.
Lo curioso es que, detrás de la fachada llena de calzones flotando en cámara lenta, hay una historia con corazón, personajes entrañables y un tono que salta entre la comedia ligera y momentos sorprendentemente oscuros. Lo que parecía un “jueguito pervertido” acaba siendo mucho más… aunque ojo, igual te saca varias carcajadas por lo descarado que es.
Un despertar espiritual… con calzones incluidos

Nuestro protagonista es Yuta Iridatsu, un universitario común y corriente… hasta que, por azares del destino (y un accidente bastante bochornoso), su espíritu queda separado de su cuerpo. Como buen fantasma de alquiler, queda atrapado en el Korai House, un edificio lleno de personajes más pintorescos que los inquilinos de una telenovela: una idol que también es superhéroe, una médium que no acierta ni una, una gamer encerrada en su cueva y una genio inventora que parece salida de un anime de ciencia loca.

La misión es recuperar su cuerpo encontrando el mítico libro Nandara Gandara… pero claro, hay un detallito: cada vez que Yuta se emociona de más con cierta prenda íntima, ¡boom! Un asteroide sale de la nada y destruye el planeta. Sí, así de frágil es la humanidad en Punch Line: a un vistazo de la perdición. ¿Quién necesita bombas nucleares cuando existe un protagonista con un libido nuclear?
Travesuras espirituales y cadenas que enredan la lógica

En cuanto al gameplay, Punch Line es principalmente una novela visual: mucho texto, mucho diálogo y escenas dobladas con el cast original del anime. Pero aquí entra el giro: como fantasma, Yuta no puede pelear ni agarrar objetos directamente. Lo que sí puede hacer es interactuar con el entorno de maneras mínimas, como voltear una lata o apagar un televisor para asustar a las chicas.

Estas pequeñas travesuras liberan fragmentos de alma que le sirven para subir de nivel y desbloquear más interacciones, conocidas como Trick Chains. Básicamente, son cadenas de eventos en las que, si logras asustar y dirigir bien a los inquilinos, puedes mover la historia hacia donde necesitas. Lo bueno es que nunca se siente tan complicado como un rompecabezas de mil piezas, pero tampoco es tan simplón como apretar un botón al azar. Es un equilibrio curioso: un juego que te obliga a pensar… mientras esquivas ver calzones para no provocar el apocalipsis. Literal.
Tropiezos espirituales entre tanto fanservice

Por más divertido que sea, Punch Line no se libra de sus problemas. Para empezar, el fanservice es tan constante que puede ser incómodo o aburrido para quienes esperan algo más serio: a veces parece que los desarrolladores tenían miedo de pasar cinco minutos sin mostrar una toma sospechosa. Además, la estructura episódica puede ser un fastidio; entre intros y endings que no se pueden saltar, uno siente que el ritmo se corta justo cuando estaba agarrando vuelo.

Otro detalle: como juego, se queda corto en interacción. Sí, las Trick Chains son simpáticas, pero la mayor parte del tiempo solo estarás leyendo y leyendo. Si no conectas con la historia o los personajes, se te puede hacer eterno. Y ojo, aunque los modelos de los personajes lucen bien, los escenarios a veces se sienten poco trabajados, como si fueran pasillos reciclados con texturas estiradas. Vamos, no es precisamente un festín visual.
Una experiencia espiritual tan absurda como inolvidable

Al final del día, Punch Line es un título raro, divertido y con más alma de la que aparenta. Sí, la premisa es absurda (¡destruir la Tierra por mirar demasiado!), pero detrás de las risas y los momentos incómodos se esconde una historia llena de conspiraciones, misterios, personajes entrañables y hasta giros oscuros que sorprenden.

Es una experiencia para quienes disfrutan de las novelas visuales con un toque loco y un humor sin vergüenza. Si buscas acción desenfrenada, probablemente te aburras. Pero si lo que quieres es una historia diferente, con comedia, drama y absurdos dignos de meme, Punch Line tiene material para sacarte carcajadas y, de paso, reflexionar sobre lo absurdo que puede ser el “fin del mundo” en clave anime.

“Un delirio divertido que, si le das la oportunidad, te engancha más allá de los calzones”.
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la PS4 brindado por PQube & https://www.keymailer.co
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